El curioso pueblo de yo (21 habitantes) y sus pésimas relaciones sociales mientras ofician de directores de radio en una ciudad atiborrada de gente curiosa e inquieta por la velocidad de las cosas que van y vienen sin preguntar nada así que respiremos profundo no hay más que jugar porque.... ¿qué vamos a hacer si no?

Wednesday, October 26, 2005

¿QUIÉN DEBERÍA ESTAR EN RADIO?


Una gran pregunta. ¿Quién debiera tener un programa? ¿Qué persona falta al aire? ¿Qué tipo de persona debiera tener un programa, de qué tipo de sensibilidad? ¿Hablando sobre qué? No es necesario que sea famosete, también puedo ser alguien de bajo perfil. Piensen en personas adultas, sobre 28 años. Y no digan "YOOOO!", por favor. Compostura ante todo.
Hablen ahora o callen para siempre.

Agradecido hasta el tuétano, su amigo, Javier.

Sunday, October 23, 2005

KUNG FU V/S STEVE AUSTIN


Es raro, pero desde que cambié la orientación de mi trabajo que ando pensando puras huevadas. Claro que hubiera sido más raro y nervioso si me hubieran despedido, pero, como no fue el caso, mi mente anda destapando zonas que parecían haber desaparecido, pero no. Estaban en algún lugar perdido en ese curioso lugar llamado memoria. Es raro, pero divertido.
Ayer por ejemplo pensaba en Kung Fú, una serie de televisión que me tocó ver en la distorsionada programación de los setenta y ochenta. La historia era curiosa: Wang Chang caine, el pequeño saltamontes -interpretado por David Carradine, Bill en Kill Bill- era un ex monje que deambulaba por el oeste con los zapatos al hombro y una flauta. Como supondrán el hombre era piola y profundo, dado el aprendizaje que tuvo en Oriente, pero cuando había que poner orden, el tipo repartía aletazos y patadas sin aspavientos. Rompía quijadas y costillas a vaqueros mal educados, hediondos y prepotentes.
La serie era una reverenda lata, de no ser por los recuerdos de wang Chang Caine, el pequeño saltamontes, dentro de su aprendizaje a seco para el kung fú. Su maestro era como Pai Mei, el hombre tortura a la thurman en Kill Bill, lo cual me hace pensar en lo buen ladrón que es Quentin Tarantino, se roba arquetipos que están en la memoria colectiva y los disfraza, con lo cual gana premios y millones de dólares.
En fin. Y me acordé como el hombre se tatuaba unos dragones levantando con los antebrazos una olla ardiente o cuando tenía que caminar sobre papel de arroz unos veinte metros sin romperlo. Lo primero no sé para qué servía (¿para superar el dolor con valentía? Me basta con ver el programa de la Bolocco), pero lo segundo puedo intuirlo: cada paso que se da hay que darlo con cuidado y paciencia, sin miedo sino te queda la cagada y el maestro te agarra a varillazos.



Después me acordé de este otro. Un astronauta llamado Steve Austin que se saca la mierda a un millón de kilómetros por hora y queda sin piernas, sin un brazo y sin un ojo. Así no más. Pero como los norteamericanos eran macanudos en medio de la guerra fría, contaban con la tecnología para reconstruirlo. El hombre entonces podía levantar camiones, correr hecho una goma (lo cual se mostraba en cámara lenta junto a un sonido que hoy se usa para graficar erecciones), y mirar situaciones a kilómetros de distancia. la serie era podrida de mala y no enseñaba nada de nada, salvo a tenerte haciendo el reverendo loco corriendo en cámara lenta frente a los ojos estupefactos de tus vecinos y parientes.

La descerebración es un gran paso para la reconstrucción. piénsalo.

Kung Fú y Steve Austin. Dos series absurdas, pero lejos peor la segunda, evidencia esa mirada norteamericana tecnológica y robotica de solucionar las cosas. El chino igual filosofaba, pero demasiado, siempre se le olvidaba ponerse los zapatos y te encargo los callos. Y eso de que andaba en el oeste era musho. Igual uno puede sacar conclusiones con esta filosofía barata y zapatos de goma, como diría Charly: con paciencia, mesura y concentración se puede lograr la reconstrucción. Mmm. Forzado, veo. Olvídalo.
En fin. Dos mundos. Dos maneras distintas de perder el tiempo frente a un viejo trinitron mientras se cuchareaba milo. Y pensar que hoy por hoy estas series se repiten y repiten en asados con algo de alcohol. ¿Por qué se conversará de tv con un par de piscolas? ¿Qué hay en eso? ¿No hay más tema? ¿Qué pasa con otros temas que no son precisamente los pantalones amasados con mocasines sin calcetines de Don Johnson en Miami Vice?

Reflexiones de domingo en la noche. Mil disculpas. El sueño ataca. Buenos sueños.

Monday, October 17, 2005

CON CIERTO GRAN CAMBIO



"Algún día seremos leyenda", Jorge Teillier.

Muchachas, muchachos, pueblo todo:

A veces un hombre tiene que hacer lo que un hombre tiene que hacer, como dijo tan sabiamente ese monje pacifista y norteamericano de nombre Rambo. Y a veces, un hombre tiene que saber atrapar una buena corriente de aire cálido en su vida. Pues bien, amigos míos, me ha sucedido algo que esperaba hace un rato: me han ofrecido mirar la radio desde la distancia y dejar el día a día. Algunos pensarán que seré asesor de la radio, pero no, estaré dentro pero sin la premura que tiene el desgaste de cierta rutina. Claro, la rutina de Concierto, de la guapa Concierto de hoy, no es apabullante ni atroz, pero cuando cumples cinco años al timón también llega el momento de entregarlo y tomar el puesto de vigía en la misma nave. Bien podría haberme eternizado -tuve la posibilidad- pero también es bueno tener tiempo de mirar la radio desde una esquina. Y dejar a otros crecer, lo cual es un objetivo que muy pocos persiguen en este curioso país. Como que todos se aferran a un lugar e impiden a otros crecer. No es mi caso. Y espero nunca lo sea. Hay que flotar y nunca intentar quedarse para siempre en un mismo lugar porque eso es la muerte de las inquietudes. Y si puedo moverme en un mismo sitio me parece que se debe agradecer y disfrutar el momento.
En estos días mi amiga personal Natalia del Campo será la nueva directora artística de Concierto. Casi se congeló cuando le dije. El sábado que celebraba su cumpleaños. Notable momento para la historia de nuestra amistad y le deseo lo mejor. Estaremos a su lado. Y bueno: asumo como director creativo de radios adulto contemporáneas. ¿Qué quiere decir esto? Que desde un grupo de directores creativos, integrado por Hugo Forno, Mauricio Soto y desde al área musical por Tom Aldunate, el mejor apoyo en el área que podamos tener, moveremos estratégicamente a las radios de Iberoamerican. A mi me tocó apoyar a Rolo Ramos con la Futuro -ojo, digo apoyar porque no lo dirijo, no lo mando quiero decir, sino que diseñamos estrategias en conjunto- y pensamos qué hacer en distintos momentos del año. Muy choro todo. Es más: de puro pensar que a uno le paguen por pensar más que por ejecutar me da hasta un tipo de risa. Claro, tuve dudas, pude quedarme con el notable asiento de director de la 88.5. Pero Valdivia me dio las luces necesarias para mirar el camino. Y no había por donde, y lo deseé, y se dio. Por aquí me dicen que me lo gané. Parece que sí. Y lo disfruto, como escribió Zurita en el desierto, sin pena ni miedo.
Mi amigo personal Sergio Fortuño pudo ser el director, pero conversamos y decidimos cerrar una etapa. Ya sabrán. Pero Fortuño sigue también ligado a la radio. También en una excelente ubicación. Ya no estoy sobre él, el maldito me sacó como jefe. Ahora estamos a la par. Ya no podré golpearlo. Deberé buscar a otro.
Así que bueno, si alguien deseaba que me fuera, olvídelo: ahora, con tiempo para elucubrar, para escuchar mucha música, para escribir grandes frases, la cosa se puso buena. Muy buena. Seremos peligrosos. Haremos bombas.

Qué grande es este momento. Un momento que se merece Concierto. Una nueva nueva Concierto. Estén atentos. Allá lejos, donde se tejen las ideas, se viene dejando caer un ovillo gigante.

Para variar, por estos días, soy feliz. Déjenme disfrutarlo. Y contárselos. No siempre uno ha tenido años tan potentes como todos éstos. No señor. Si uno ha visto la cara fea de esta vida. Y ha ladrado. Y me he escondido. Y he salido. Y he vuelto a jugar. Como cabro chico. Como ahora.

Salud!

Wednesday, October 12, 2005

PARRA QUE ESCRIBIR TANTO


Si tenemos esta foto. Así que la subo, junto a alguien que sí tiene mucho escrito y por escribir. Fue en su cumpleaños número noventa en Las Cruces el 2.004. Hablamos de Shakespeare, Hamlet, La Tempestad y Curiosidades. Parra es puro rock and roll, pero del bueno. Tomamos vino, se quedó en la mesa de nosotros porque según él había mucha gente inteligente y vieja en la otra. Y para él la inteligencia es la perdida de la curiosidad y el comienzo de la teoría. Una lata.
Agradecimientos especiales a Julio Carrasco y Cristobal Bianchi, unos amigotes que me invitaron. Y a la Andrea, a quien dejé plantada por asistir a este magno evento.

Eso. Fue un gran momento para mí. Fui feliz.

Ya subo más cosas. tengo un par de juegos planeados. Ya va, ya va. Hay mucha pega. No haber sido el Principe Harry. Salud.

Wednesday, October 05, 2005

VALDIVIA, CIUDAD DEL CI(S)NE


Hola , estoy de vuelta. Andaba en esa zona donde no sólo hay hijos de su madre (o simplemente torpes, puede que no sean necesariamente malos, sino simplemente tontos) que infectan ríos y matan aves hermosas y a la larga humanos sencillos, sino también la belleza que irradian esas personas que se gastan en una película lo que otros en casas feas. Difícil contar todo lo bien que lo pasé en el Festival de Cine de Valdivia, contar todo lo que nos reímos y de qué nos reímos. Todas las escenas míticas de cantantes que se caían al Calle Calle a las cinco de la madrugada, paseos en lanchón alrededor de la Isla Teja, todos tirados sin hablar en el jardín botánico después de un almuerzo, varias fiestas desordenadas donde hasta bailé break dance (el whisky todo lo puede), una pieza de hotel donde habían cincuenta personas cantando viejas canciones y desvalijando un frigobar. No saco nada contándote sobre la nueva generación de cineastas que se tomó Valdivia, las notables actuaciones de varios actores y actrices, aciertos cinematográficos que en la mayoría de los casos habla de notables próximas películas; ego, claro que lo hay, pero no era mayor que las ganas de vivir un buen comienzo para otro cine. Más honesto, creativo, jugado, caradura y comercial. Lo presuntuoso acá no estuvo muy presente. Debo decir también que las chicas y los muchachos de la tv, por muy famosos que sean hoy, son más piolas de lo que muchos se imaginan. Todos cabros que tienen que ganar oficio, porque no es llegar y hacer cine si sólo hiciste televisión. Aunque a varios (as) les sale estupendo de entrada.
No soy crítico ni pretendo serlo. En general detesto a los que ejercen esa difícil pega. Soy un cinéfilo de butaca, no de profesión, así que disculpen mi candidez de espectador común y corriente (la verdad sea dicha, los más piolas).
Vi Se Arrienda, En la Cama, una película argentina llamada Como un Avión Estrellado y obviamente La Sagrada Familia. Las cuatro tienen lo suyo, me quedo con la última. Y explico:

- No es porque sea del Zebra Campos, mi amigo. No señor. Es porque de lo pequeño sale algo enorme. Y ahora que la vi en pantalla grande, con la música de la Javiera Parra con López, me volvió a conmover y quizás más. No hay un sólo actor en esa película que tenga un ripio. Ninguno. Y la cámara se detiene en pequeños gestos que rompen el alma. Los malos son malos satisfechos, los buenos son buenos con todo lo patético que implica ser bueno. Me pongo de pie para aplaudirlos a todos. Gran GRAN Opera Prima de Zebra. Gran GRAN responsabilidad su segunda apuesta.
- En La Cama tuve que verla de nuevo (se cortó la proyección justo cuando faltaban los 25 mejores minutos). La partida es ruda, me costó entrar pero cuando lo logré sentí la intimidad de la pieza del motel. Creo que Bize maneja unos super silencios (recordemos a la Blanca de Sábado muda dentro de su auto, diciéndome más sin abrir la boca más que con un turro de textos). Quizás ahí radica un defecto según el descriteriado que soy yo: La Blanca tiene un set de miradas que te pueden congelar o embriagar según sea el caso. Y no era necesario tanto guión, tanto rollo. Un 20% menos y es otra cosa. Y también creo que Valenzuela se tiró un piquero desde cien metros a un balde aceptando el papel sin mucha experiencia y el muchacho igual sale a flote, con un par de moretones, pero sale a flote. Le falta soltar los nudos que lo tensan a ratos, pero no compro eso de que es sólo un tipo con buena pinta. Va a crecer si se pone las pilas con ganas. Resumiendo: yo hubiera podado el guión, hubiera manejado con menos temor los silencios. Pero ese soy yo, que nunca ha dirigido nada. Bize, maldito director joven prometedor, puede llegar a hacer un cine intimista poderoso. De hecho lo hace muchas veces dentro de sus proyectos.
- Se Arrienda funciona y bien. Fuguet quiere hacer ese cine B norteamericano como Beautiful Girls o Garden State y le resulta. No pretende una obra maestra, quiere un cine que cuenta una historia y, según mi punto de vista, salvo un par de cosas, funciona. Hay un papel hecho a la medida para cada uno de los actores, lo cual hace más amable el asunto. Cruz Coke está sombrío, descorazonado como looser. Y es perfecto en el papel. Braun tiene momentos notables como la caricatura de éxito que hace, lo mismo Saavedra. ¿Exagerados? Bah. Los papeles van para allá, y cumplen encarnando fantasmas de "éxitudos" que han perdido cierta moral. Me ha tocado conocer a varios así, ver cómo se transforman en caricaturas de ellos mismos. La Francisca Lewin hace el papel de una chica tan deseable para cualquiera que no creo exagerar cuando pienso que Ortega y Fuguet querían que se mandara un "Natalie Portman". Y dan ganas de hacerle cosquillas todo un domingo. ¿Qué le pasó al sonido, muchachos? ¿Era la sala un un condoro? Me quedó esa duda. Pero es bonita la película. Generacional, pop y de matiné. ¿Por qué no? Gran cine de ese tipo existe, y a mí me gusta. Si no todo es Tarkovski.
- Como un Avión Estrellado es una tremenda película de Ezequiel Acuña, el argentino de Nadar Solo. No sé dentro de qué género cabe, pero la defino como "nadista". Es una película donde la nada te agrede psicológicamente de una manera entumecedora. Es en sí misma una película de bronca contra algo que no ocurre nunca, y eso sí que te puede dar bronca. Y mucha. Está filmada con un cariño por los personajes que no necesariamente es amor. Hay un cariño malo entre guionista y personajes que se cuela como corriente helada de viento en una sala de clases fome. Y el mundo es así muchas veces. Fome, ingrato, pésimo. Acuña además está enamorado de las chilenas porque aparecen tres de las mejores: la Maka Teke, la Blanca y la Manuela Martelli. Esta última es un misterio. No sé qué me pasa con ella pero donde la veo me deja pegado. Y no puedo ser tan adolescente. ¿O sí?
- Esta vez no vi Play (la vi varias veces antes por motivos de pega y por puro gusto también), pero estuve con la Alicia en una fiesta. Es guapa ella. Pero de esa guapez que te da la seguridad de hacer lo que hay que hacer. espero le vaya bien donde muestre su película.

Se puede hacer lo que uno quiera. Claro, el mundo del cine es un mundo de contactos y de cierto nivel económico, pero tambien es cierto que cualquier empresa tiene que ver con esa realidad. Da lo mismo si son tres pesos o tres millones, tiene que ver con que se quiere lograr. Acá tiene que ver con ganas de decir cosas, asunto muy parecido a la radio. Pero más bonito y lento, infinitamente más lento. La ansiedad puede derrumbar un buen proyecto. Aquí es como partía Kung Fu: hay que tener movimientos gráciles, relajados, para no romper el papel de arroz. Eso es el cine chileno: un largo camino de papel de arroz donde los que lo hacen van a pata pelada. Ojalá los críticos no ladren muy fuerte, no debe haber espacio para la desconcentración si es que queremos industria. es, como le dije a Zebra, el momento del cariño. no de dejar pasar pésimos ejercicios, pero sí de rescatar lo que se proyecta como un auspicioso futuro dentro de este precario pero potente presente.

Para cerrar, debo confesar algo. Las mejores imágenes que vi en Valdivia las vi fuera de las salas de cine: el mercado fluvial y su cooperación inter especies, pescadores, lobos marinos y aguiluchos y cormoranes y palomas y otros pájaros, todos juntos. Y la más desoladora de todas: cuando me venía, en donde se cruza el Calle Calle y el Cruces, vi a un cisne, a un solitario cisne en el medio del agua. Quizás el último de esa especie en la región (según Conaf, quedan cuatro), quizás el único protagonista bueno de esa historia donde los malos de la película ganaron con el poder de las influencias y el dinero. Me conmoví y me tiritó la pera. De pena. Y también de miedo. Un final triste para una estadia muy feliz. Muy, muy feliz.

Pronto subo fotos. Las que se pueden mostrar.