LA OMERTÁ

Imagine usted que tiene un trabajo con un cierto grado de responsabilidad. Mucha gente le responde a Usted por su cometido. Imagine por cierto que todos tienen metas que cumplir, incluido Usted. Y además, que Usted es de esas personas que gozan afiatando equipos, haciendo amigos porque considera que para llevar a cabo un disco se necesita una banda de rock and roll.
Imagine que su jefe le pide despedir a uno de sus mejores amigos.

a) es parte de la pega y nada tiene que ver con su vida personal
b) se defiende al amigo hasta la muerte aunque no funcione
c) se las ingenia para salvarlo poniéndolo en otro puesto
d) se hace el tonto
e) otra

ah. No es mi caso... por suerte. Pero tarde o temprano me pasará. O le pasará a uno de mis amigos conmigo. Porque esto no es más que una sociedad fría, y así hay que entenderla. Pero también hay algo con la lealtad, con el secreto y la omertá. La cara de Michael al menos, lo corrobora.

AY NO QUE ATRÓ

Qué pequeño es el mundo de quienes dicen, ante casi cualquier evento, situación, persona, color, proyecto, mascota, "ay no qué atró". Aparte de ser una siutiquería que da la vuelta hasta transformarse en una vulgaridad, es una trampa implacable que acorta las posibilidades de la vida.

He dicho.

Feliz 18, compatriotas, traten, intenten acordarse de lo que hicieron, borrachetes! sALÚ! vIVA sHILE!

Y BOB?

Hay cosas que uno debe reconocer sin miedo, tarde o temprano. Y en mi vida de melómano precoz -tuve mi primer vinilo a los seis años, aún no sé por qué lo pedí, asunto azaroso e infantil que me ayudó a ganar el pan y la mortadela a fin de cuentas- una de esas cosas es haber llegado tarde a comprender a Dylan. Curiosamente me gustó primero el jazz y sus vertientes antes que Dylan, y claramente en esto tenía que ver asumir el ritmo antes que la lírica. Una vez que mi inglés comenzó a comprender mejor ciertas cosas, pasé primero por Cohen antes que Bob. Algo me atemorizaba, no sé bien qué, en la prosa Dylaniana. Tal vez su canto de oveja melancólica.

Pero hoy su discografía me deja peinado afro. Hoy lo disfruto. Y mucho. Y ahora que se editó el disco Modern Times, lo escucho como si fuera una chica que me gusta mucho y que no puedo dejar de llamar por teléfono.

También recomiendo el libro Rolling Thunder, una crónica de Sam Shepard sobre la gira que Dylan hizo en 1.975.

Y el bueno de Forno me prestó Crónicas, libro de Dylan que ya me gustó.

Maduré parece.

Salud!

UN CURIOSO RETORNO Y UN CONSEJO SI QUIERES

Llegar a Chile desde Brasil un día nublado, frío; conversar con mi hermano que me cuenta que un amigo suyo murió en un ascensor -en un ascensor- atrapado por una caída un día cualquiera, un personaje que no conocí mucho pero lleno de vida, talentoso, repleto de amigos, con familia y todas las cosas terribles que pueden sumarse ante una muerte inesperada.

Entonces, cómo no, pensé en la gente que conocí en una playa, que vive el día con poco, trabaja en el turismo, juegan a la pelota, volleyball, flirtean de lo lindo, por la noche bailan, sonríen, a ratos lo pasarán mal, por qué no, si una ampolla en la pata te puede cagar un día, no tener para comer rico otro día, no sé, pero la viven. Viven la vida como hay que vivirla. Aquí, hoy.

Yo que tú no me amarro a pelotudeces, no me preocupo por idioteces, pensaría en qué chiste debiera tirar en una mesa, haría el amor y no la guerra, fumaría si tengo ganas y si quiero dejarlo lo dejo, tomaría harto jugo de frutas bonitas y miraría más escotes o caras bonitas y ya.

Ama. Al menos trata de amar. El aire, el barro, gente, el milagro increible de estar de pie sobre la tierra, como dijo el tío Jorge.

Lo demás, dada la alta creatividad de la muerte, es paja.

Salud!

STEVE

Loco como chala pero ecologista de verdad, no de pura boca, el señor Irwin ha dejado el mundo y se ha ido a agarrar del cuello cocodrilos celestiales y serpientes con aureola. Confieso que me conmoviste, Steve, cuando supe la noticia. Animal Planet sufrirá la partida, el canal y el Animal Planet de verdad.

Se nos mueren los locos lindos y el loco feo sigue vivo, contando su platita y sus muertitos, protegido por poderes fácticos. El mundo está re-loco.

Desde Brasil reportó Sanfeliú, el Steve Irwin de Morro do Sao Paulo, el Anthony Bourdain del zuco de limao.