COMIDA CONCIERTO

Asistentes: Blanca Lewin, Carolina Pulido, Mónica Rodriguez,Cecilia Amenabar y su tía, Katyna Huberman, la señora de Matías del Río con Matías del Río, María Gracia Subercaseaux con Rafael Cavada, Augusto Góngora, Patricio Miñano, Sergio Fortuño, Lord fader Vera, Rafael Perez, Mr. Cid, Juan Cristobal Vera, el grandioso y proactivo y genial locutor Daniel Maldonado, Borís Super 45 Orellana y Pato Super 45 Urzúa y yo. Los ausentes están todos despedidos.
Hubo jacuzzi de champagne y carmenere, dependiendo de qué tipo de baño te gusta tomar; odaliscas; concurso de rayuela, ganó Góngora; dudo, ganó Carolina Pulido pero yo casi le gano, estuvo peleado; Metropolís, ganó Matías del Río que tenía a Piñera todo el rato en el celular, acusamos ventaja pero al final cedimos, total era un juego; comimos perro chaw chaw al cognac, gato persa a las finas hierbas y los que no comen carne se deleitaron con delfín a la margarita. Tomamos Don Perignon aunque la verdad desperdiciamos harto en el concurso de poleras mojadas; nos hartamos de los vinos franco catalanes e italianos y rematamos con un scotch de una malta (no recuerdo el nombre, a esas alturas confieso me era difícil retener nombres).
De vuelta en el avión todos dormían, pero aproveché de conversar largo y tendido con Carola Pulido, nos sinceramos, dijimos todo lo que faltaba decir y a final, mira, al final, vamos que se puede, nos deseamos lo mejor, pucha que te quiero, fue divertido, suerte, gracias por todo, te va a ir estupendo. Tuve que dejar de conversar con ella porque la azafata nos dijo que al parecer Mónica Rodriguez se había desmayado en el baño del avión. Le dijimos que no se preocupara, suele hacerlo, pero se recupera rápido. Además ya había preguntado si la había llamado alguien, por ende, estaba todo normal.
Góngora decidió quedarse en la isla, dijo que tenía un amigo por ahí. Fortuño siguió de largo. Sospechamos Nueva York. Blanca ofreció su cinqueciento que había dejado estacionado en el aeropuerto para traernos a la capital. Esa fue la parte más dura del evento. En especial cuando alguien, no sabemos quién, se puso a fumar habanos. Pero lo logramos, se nos durmieron brazos, piernas y uno que otro poto, pero nada grave. Increible. Esos autos se ven chicos, pero rinden, dan sorpresas.