El curioso pueblo de yo (21 habitantes) y sus pésimas relaciones sociales mientras ofician de directores de radio en una ciudad atiborrada de gente curiosa e inquieta por la velocidad de las cosas que van y vienen sin preguntar nada así que respiremos profundo no hay más que jugar porque.... ¿qué vamos a hacer si no?

Wednesday, March 30, 2005

UN MIEDO COMÚN PERO ABURRIDO

Lo sé, soy un héroe. He superado la mayoría de mis miedos, que no han sido pocos. Ya dejé de pensar que un día de estos me despierto frente a un closet, me pongo un traje feo y una corbata manchada con mayo y salgo a vender repuestos para celulares; o bien, me despierto y estoy en una cama de oro frente a una enorme ventana y un esclavo me avisa que ya está listo el circo, y hoy más que nunca los cristianos están jodidos porque llegó un tigre blanco de más de quinientos kilos del africa; o bien, que soy ejecutivo de una transnacional y voy a despedir a cuarenta personas para llegar a las metas anuales que me piden desde Illinois.
Así, miedos como esos he tenido varios. Superar el miedo a morir se me pasó cuando vi cómo un perro atrapaba a un pájaro en pleno vuelo y lo devoraba. Morir comido por otro debe ser atroz. Afortunadamente ya nada se come a los humanos, los humanos se lo devoran todo y gobernamos. Por eso, el miedo a ser humano es un gran miedo que me costó pero que tambien pasé. Pertenezco a la especie de los Grandes Glotones que un día se empezarán a morder la cola. Bueno, eso ya empezó.
Pero no soporto el miedo a las ventanas. Está tan lleno de vida al otro lado de esos artefactos transparentes. Detrás de una ventana todo puede pasar. Y ni hablar de las puertas. Salir por una es un acto de una irresponsabilidad atroz. Pasas a otro lugar, menos protegido que el que ya habías podido domar entrando, es decir, saliendo de otro. Uno sale y entra toda la vida. Por eso ya merecemos la medalla al mérito, la flor púrpura. Esto de vivir es un combate permanente, agotador.
Por eso tomamos vino. Vino rico.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home