UN CURIOSO RETORNO Y UN CONSEJO SI QUIERES

Llegar a Chile desde Brasil un día nublado, frío; conversar con mi hermano que me cuenta que un amigo suyo murió en un ascensor -en un ascensor- atrapado por una caída un día cualquiera, un personaje que no conocí mucho pero lleno de vida, talentoso, repleto de amigos, con familia y todas las cosas terribles que pueden sumarse ante una muerte inesperada.

Entonces, cómo no, pensé en la gente que conocí en una playa, que vive el día con poco, trabaja en el turismo, juegan a la pelota, volleyball, flirtean de lo lindo, por la noche bailan, sonríen, a ratos lo pasarán mal, por qué no, si una ampolla en la pata te puede cagar un día, no tener para comer rico otro día, no sé, pero la viven. Viven la vida como hay que vivirla. Aquí, hoy.

Yo que tú no me amarro a pelotudeces, no me preocupo por idioteces, pensaría en qué chiste debiera tirar en una mesa, haría el amor y no la guerra, fumaría si tengo ganas y si quiero dejarlo lo dejo, tomaría harto jugo de frutas bonitas y miraría más escotes o caras bonitas y ya.

Ama. Al menos trata de amar. El aire, el barro, gente, el milagro increible de estar de pie sobre la tierra, como dijo el tío Jorge.

Lo demás, dada la alta creatividad de la muerte, es paja.

Salud!