VIVA EL CAMBIO

Cambiar es adictivo. Provoca ansiedad y algo de angustia no cambiar y dejar, como decía mi amigo Hugo Forno, que los días pasen como una fotocopia.
Una de las pocas cosas que he entendido de la vida es que no hay cambio peligroso. Cada cambio es, básicamente, vida. Y punto. Que alguno te acerque más al peligro que otro, eso ya es parte de eso tan misterioso que compone esto de existir, cosa en sí misma extraña.
Hay que cambiar el mundo. La radio. La vida. El cuerpo. La mente. La alegría. Vamos todavía que se puede, se puede tanto que me da cosquillas. Transformar una vida, un país, un proyecto, una historia.

pd: esto se viene bueno, se viene muy bueno.