CONCIERTO 2.007

Seis años de Radio Concierto no dejan de ser seis años de Radio Concierto. De la Nueva Concierto, claro, porque yo fui criado por la de don Julián García Reyes, el hombre de las frases cristianas a quien respeto hasta el día de hoy. Vaya que tuvo música la antigua Concierto durante los setentas, ochentas y parte de los noventa. Cuando trabajé ahí ya estaba algo de capa caída con la aparición de Rock and Pop y su revolución parlante. Pero siempre buscaba ser otra cosa. Lo que hicimos no fue más que seguir la tradición. Somos conservadores, en el fondo. Como decía Andrés Pérez, no es más que la antigua tradición de la innovación.

Hoy Concierto, la nueva Concierto, vive en un océano de radios orientadas al adulto contemporáneo. Las hay de todos los gustos, estilos y visiones de mundo. Muchas de ellas recogieron lo que Concierto sembró durante estos años y la verdad, íntimamente, es muy bueno para el ego, pero por cierto que no tanto para la industria que se muerde los talones y ve decrecer sus inversiones. O estás primero, ya, segundo y después no existes en el segmento. Porque digamos que los C1 C2 en este país son un porcentaje tan pero tan chico de la población como para 8 o 9 propuestas. Como doce, si somos rigurosos. Un queso chico para tanta radio. Raro es que haya tanta carencia de ideas rebotando existiendo al menos tres nichos musicales no explorados. Y editorialmente doscientos. Me explico: una radio de jazz no es sólo música. Bien podría ser editorialmente un lujo asiático incorporando toda lo que rodea ese mundo. Pero no. Tocadiscos. Tocadiscos que no exploran. Entiendo el punto: no se trata de hacer radios pequeñas y ultra segmentadas, ya. Pero... ¿nada?

Lo cierto es que Concierto -incluso rima- este año será más Concierto que nunca. No deja de ser un lujo. Es curioso, pero las nuevas propuestas durante estos años no incluyen apuestas -y vuelve a rimar- sino más bien son buenas radios tocadiscos con éxitos calados. Zero y Horizonte se la han jugado en la misma orientación, pero es una realidad que pocos entienden que hay tanta, TANTA música. Debemos decirlo sin pudor: qué bueno estar en Concierto y que las exigencias no sean tan grandes, sino más bien selectivas, orientadas psicográficamente a públicos melómanos. Deberíamos hacer un sindicato de modernistas, tan escasos por estos lados. Llamaré a Mujica. Sesionaremos en la U de Chile.

Ahora bien: cómo no tocar a la ELO al lado de Flaming Lips. ¡Equilibremos! ¡Si ahí está el gusto!
Los modernosos que odian siempre el pasado -el disco que escucharon ayer mismo lo desechan- y que siempre creen estar en el futuro, no necesitan radio. Necesitan su equipo de música. No hay nada más fome que intentar explicarles que para gustos personales, está internet, el pick up de papá. No le pidan más a las radios, jamás harán sus programaciones. De hecho, cuando hacemos éxito una banda alternativa, salen con se vendieron... ¿? Si eso no es ser esnob, no sé qué lo es. Los que hacemos Concierto amamos tanto a los Beatles como a lali Puna, si pueden convivir naturalmente como hasta ahora.

Eso, qué buen 2.o07. Recuerden: Una radio es simplemente una radio.

pd. que lindo es ese logo. Lo cambiaremos un poquito, pero seguirá en rigor, igual. Lo hizo mi mujer una noche de noviembre del 2.000. Digámoslo: se puede rayar con la modernidad, pero no perdamos la guía... siempre será inventada por la humanidad.