MI MUNDO PRIVADO
Ayer vi el comienzo de la serie "Mi mundo privado" en Canal 13, la serie de documentales que dirigen Fernando Lavanderos y mi amigo personal Sebastián Hell Boy Zebra Campos.
Este primer capítulo trataba sobre una familia que giraba en torno a una presentación de teatro donde participaban todos los miembros del clan. Me emocionó particularmente el hecho de verlos unidos y emocionados, a la abuela declamando que estaba al final de sus días, hermanos elogiándose entre sí, etc. Me pareció un momento de una emoción que me confundió. Y tengo motivos.
Yo no tengo familia. Mi familia se murió (o desapareció) en 1.973. Eramos un grupo de alrededor diez o doce primos que jugábamos mucho, hasta que vino el golpe militar. Y mi familia, de izquierdas y de derechas claras, se separó. Nunca más tuvimos reuniones multitudinarias, paseos campestres, carretes playeros. Sólo simples y frías visitas de cortesía para los cumpleaños, o bien para dejar regalos en navidad. La derecha y la izquierda fracturaron la posibilidad de volver a encontrarse como una familia de verdad.
Recuerdo que la última vez que estuvo reunida esta familia fue en 1.974. Los recuerdos son difusos, pero sé que mi padre tuvo la genial idea de poner el disco de La Batea después de la Sonora Palacios (o era la wawanco?), y quedó una cagada monumental. Los discos volaron, la mesa del comedor se dio vuelta con todas las ensaladas, los platos, las botellas, los adultos se insultaron hasta quedar afónicos, "fachos de mierda", "comunistas fracasados", "deberíamos matar a más", "la venganza se viene" y otras cosas hermosas y conciliadoras dignas de decirse a puñetes delante de los niños. A nosotros nos llevaron fuera y nos decían "no está pasando nada", "están jugando". "Zi zé", pensábamos mis primos y yo. Tengo la sensación de habernos mirado en silencio como entendiendo que no nos veríamos nunca más tan seguido. Y así fue.
Entonces ahora sé que el mundo se divide en solamente dos tribus: en los CON familia y en los SIN familia. Yo pertenezco a estos últimos y he tenido que salir a buscármela, a inventármela. No elegí la mía y tampoco elegí perderla. Y aprendí a vivir sin ella. Ahora al menos elijo a quien quiero integrar a la mía y cuido la que heredé por parte de mi maravillosa, deliciosa y hermosa mujer. Pero sí ese mundo adulto que vi tirarse discos, botellas e insultos (que apagaron un país y se lo entregaron a un perro ladrón traidor y cínico como Pinochet), me deben una familia. Y me la deberán para siempre.
6 Comments:
Uffffffff que fuete tu historia, tanto o más que la de muchas familias que fueron destruidas post-golpe.
Y sí, también me emocioné ayer al ver ese programa, mi familia igual era así de unida, hasta que por problemas -no tan fuertes como el de tu familia-, mis tios se separaron, al igual que la familia.
Me gusto el programa de ayer y me ecantó esa familia achoclonada.
Chau
10:40 AM
Increible. Mi familia es numerosa, muy numerosa... con reuniones, 1 de enero en Rapel o Pirque y cosas así. Murió el último abuelo y ya nadie sabe de nadie... Mal... Menos trágico, pero con las mismas consecuencias, la desintegración, el aislamiento. Nadie conoce a nadie ahora. Creo que eso no lo mostrarán en "Mi Mundo Privado".
Saludos
12:17 PM
En oposición a tu vivencia, estimado Javier, mi parentela sobrevivió al tirano y su circo; sin embargo, el doble stándar se apodero de todos y cada uno de los que intentaron discutir de política, una consecuencia moral indeseable. Recuerdo a mi madre advertirme de no discutir sobre política con mis tíos fachos, de no sacar el tema a la luz, de no cruzar la línea,"porque ellos son muy cerrados" (aún creo que lo son) y yo ya he tenido problemas al hacerlo. Tan penoso como haber perdido a tus primos, es el haber mantenido un cinismo protocolar empapado por el silencio, ese silencio que identifica la autocensura, el peor de todos.
Por eso prefiero a mi familia, no a mis familiares (salvo a mis abuelos).
Paz
12:48 PM
Yo no perdì una familia, pero un pueblo entero viviò un antes y un despues del 73...Vivìa en San Rosendo, sitio maravilloso donde la armonìa se respiraba, con una vida social intensa en que participàbamos todos; fiestas, celebraciones, desfiles, todo todo lo hacìamos juntos, no habìa disciminaciòn social, (al menos nunca me di cuenta). Todo era como esos pueblos que suelen salir en las pelìculas, muy ideal...
Pero llegò aquel dìa...me dormì el 10 de septiembre de 1973, feliz como todas las noches y cuando despertè el 11 nada era igual...el odio se respiraba en el ambiente. Personas conocidas que nunca màs verìamos...familias que compartìan nunca màs lo harìan...el silencio, el rencor, el enfrentamiento, el dolor, el miedo, el resentimiento, la soberbia, se apoderaron de aquel lugar idìlico...mi corazòn de niña nunca entendiò, por què no podìa compartir con quien antes lo hacìa, por què a mi papà le gritaban facho, por què el papà de mi mejor amiga odiaba al mìo, por què a mi amiga le prohibieron hablarme...todo cambiò...aquellos que anuncian que ya viene el cambio, no es nada nuevo, ya lo hicieron, y cortaron una niñez feliz...
Nos vemos.
11:06 PM
bueno tu blog, bueno mi mundo privado... gran trabajo de mi amigo fernando lavandero y del zebra...
buena la radio tb
saludos de un auditor
visiten mi blog, muy bueno tb!!!
2:57 PM
Una vez escuché a la Paula, una ex compañera de trabajo, que hablaba con su marido por teléfono. Era por ahí por navidad y le decía algo así como qué lindo empezar nuestras propias tradiciones (aunque sonaba harto mejor que eso). La Paula tiene una hija chica y su own private familia está tomando vuelo. No se puede tener todo, y lograr algo así me parece de lo más emocionante en la vida. Lejos.
8:51 PM
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