LOS HOMBRES DEL CANDIDATO

Todos los hombres del Candidato trabajan duro. Nos están buscando. Quieren conocer al nuevo chileno que habita el Nuevo Chile en el Nuevo Mundo Globalizado. Miran programas y creen que nos encontrarán en una planilla excel. Van de un club a otro y llenan de extras lugares para que el Candidato crea que lo vitorean adherentes. Se hacen ricos, la plata gira de un lugar a otro pero no sale de los mismos bolsillos. Creen que la gente es la misma que maneja el people meter. Números, números, números. ¿Sospecharán que detrás de ellos hay una cosa extraña de la que se habla desde hace siglos llamada Alma, y que esta "alma" tiene la debilidad de tener "sueños"? ¿Cómo sabrán a qué país deben dirigirse si hace años que no viajan en micro? (posiblemente nunca lo hicieron!). ¿Cómo entenderán las angustias de la gente con hambre si no la ven? Gente que va de su casa a la oficina y de la oficina a la casa y habla del país que existe con una propiedad que da risa. Nada más lejos de la realidad. Cierto. Qué cerca están del poder y qué lejos de la realidad.

Todos los hombres del candidato contratan tramoyistas para hacer de todo un escenario, sus encargados de prensa llamarán a los canales y el Candidato jamás saldrá de su burbuja. Para el Candidato hasta una calle se transforma en una plataforma para la misma monarquía de siempre, la misma casta ñoña y cerrada. No sé por que recuerdo a Polanski y esa divertida y siniestra danza de los Vampiros. Hombres y mujeres que bailan la danza del poder y que no se reflejan en los espejos.

Por cierto que la culpa no es del Candidato. Temo que es la cantidad de chupamedias que lo rodean. Ojalá el poder fuera tan solitario como dicen y no tan lleno de chupasangres desinformados y vende pomadas. Los hombres del Candidato son extraños personajes. Y llegan al poder hablando de cosas que no conocen.

Chile agrandó aún más la brecha entre ricos y pobres, levantó un Muro de Berlín entre los que tienen y los que no, es una suerte de Franja de Gaza para el país. Es patético y triste ver como todos se rascan con sus propias uñas y crece el microtráfico de drogas en las poblaciones. ¿Qué van a hacer? ¿Mandar un currículum a una empresa, confiar en la meritocracia? Arriesgar el pellejo es todo lo que tienen. Porque candidato, no.

El país ya es de los Candidatos y sólo quieren ser elegidos para seguir haciendo fiestas de desagravio para candidatos que quedaron abajo y cenas para los que bailan la cueca del poder en el Patio de los Naranjos. Pareciera que en eso piensan justo cuando llovió sobre Santiago y el frío se come los dedos de los pies de niños, mujeres, hombres y ancianos. El rostro del verdadero Chile que jamás se asoma por la televisión es menos atractivo que el culo de Luciana, los diálogos inconexos de Brujas y el meneo desenfrenado de Nelson Mauri. Los hombres del candidato recomiendan al Candidato tratarnos como a imbéciles y ofrecernos pavadas, visión arraigada entre los que analizan al pueblo según las tendencias mediáticas y de consumo. Y ahí tenemos al Candidato haciendo ridiculeces en la televisión de las que se ríe a carcajadas el Chile Real, ese que existe y palpita debajo de la Postal que se ha hecho de él. Y el candidato jura que va por buen camino, cuando va camino al despeñadero.

Todos los hombres del candidato trabajan duro. Oh sí. Miran pantallas, leen estudios, hacen encuestas entre ellos para leerlas entre ellos. No conocen tres cuadras más allá de sus casas, no saben cómo se vive la noche en Plaza Italia, no se han tomado un vino en caja cuneteado o en la Piojera, ni cuáles son las angustias de los adolescentes sin horizontes, como se divierte el hombre que gana $175.000 mensuales y tiene que alimentar cuatro bocas más. NO TIENEN CALLE.
Hoy, afuera, "el Nuevo Chile" sigue siendo el mismo "Viejo Chile" de siempre, y se refleja en los tiritones de un hombre sin techo mojado hasta los calzoncillos que apareció medio segundo en una toma de las noticias.

¿Quieren mi voto? Je. Jeje. No tienen la altura moral, los sueños ni la prestancia. De hecho, ni siquiera, tienen los pies sobre la tierra. Y no por culpa suya. Por culpa de los Hombres del Candidato.

Hoy ando Fernando Villegas. Perdónenme.

Y vaya para todos los Candidatos, no se vaya a creer que va contra uno solo. Hablo de candidatos a Presidente, de candidatos a Senadores y diputados. Hoy no veo la diferencia entre los que hay. Y claro, votaré -no hacerlo es inentendible, me gusta, me lo gané- pero estoy ensayando mi dibujo. Para que quede lindo. Y no me trate de comunista ni leninista ni nihilista. Sólo sufro de lucidez, al igual el setenta por ciento de los chilenos. Al contrario de los Hombres del Candidato.

Ya cabros, Chusma Querida, populus divino. A inscribirse. Dibujemos lo mismo en nuestros votos. Pero eso de no votar es impresentable. El voto es el momento sagrado donde podemos desvestir frente a la televisión a los Hombres del candidato. Y eso al menos, deja un gusto dulce en la boca. Como decía alguien por ahí "la venganza es un plato que se come frío". Pero se come, al fin y al cabo.

ps: vaya dedicada esta furiosa, sentida y pequeña arenga también a los alerces, los cisnes de cuello negro, los glaciares y los minerales, todo lo arrasado para el beneficio de cuatro gatos con las garras más rápidas del oeste.