NADAR DE NOCHE

Coddou publicó un post sobre la muerte del padre según Philip Roth. Está largo -sí Coddou, está largo- pero potente. El link del Señor Coddou (que odia a U2 pero ama los libros y a Dylan) está acá al lado derecho. Si alguien leyó a Auster y la invención de la soledad, aquí hay otra propuesta, otra mirada. ¿Estoy muy críptico, culto? Bueno, ¿lloró Usted cuando vio Big Fish? ¿Se le murió el papá? ¿Quiere matar al suyo? Ya va, ya va. Mientras lea a Roth. Emocionante y contundente.
Hoy de hecho pensaba en mi padre -que murió hace diez años- cuando descubrí que tengo más canas de las que sospeché. Y tengo un par de canas en la barba, asunto que me parece tremendamente estético. Me da una seriedad que no he logrado por mis actos. Me temerán en los semáforos. Me pareceré a Hemingway pero intentaré terminar mejor en todo caso.
Pero pensaba en mi padre. En lo amigos y enemigos que fuimos, como todo buen hijo con un buen padre. Y de lo que dolió y aterró ver y vestir su cuerpo sin vida. Es curioso. Hoy, cuando pienso en eso, pienso en vida. me dan ganas de salir a tomar y pellizcar traseros en la calle, coquetear, jugar un sueldo a un caballo por el que nadie de un peso, asuntos que no le gustarían a mi mujer pero que, en el fondo, debiera entender. Es la voz de mi padre diciéndome al oído "no te traje al mundo a perder el tiempo, toda persona es una historia en sí misma, a la vuelta de una esquina filmas una película, cuidado con los inteligentes de calculadora en mano y atención con los que hablan solos y se ríen con las burbujas". Y bla bla bla. hablaba harto mi padre. Se subía arriba de las mesas. Y decía unos discursos sobre la amistad frente a mis amigos que hasta el día de hoy me dan monos, pero a mis amigos no, lo recuerdan diciéndoles cosas que jamás les dijeron en sus casas.
Recordé un cuento del argentino Juan Forn, Nadar de Noche. Está en una compilación de cuentos argentinos que se llama como ese cuento. Es un bonito cuento sobre la conversación de un hijo con su padre muerto, todo dentro de un sueño, al borde de una piscina, mientras observan los rayos de luz en el agua. Bueno, será bonito para todos los que leyeron a Auster alguna vez. Para los que se emocionaron con Big Fish. Para los que tiraron al mar una anfora con cenizas que fueron un cuerpo que bailó, rió, jugó, enseñó, temió, cuidó, habló. Para los que saben que jamás podrán arrancar de ciertos y enormes y brutales lugares comunes.

La vida es curiosa. En la Concierto escucho ahora, justo ahora, Tu Medicina de Cerati con Melero. Canción con esa gran frase "revisé tu abrigo, todo sigue ahí, tus cosas, todo sigue ahí, siempre estás tan cerca, nunca digo adiós". Esas sincronías que tanto le gustan a Auster. Y claro: Yo también pensé que mi Padre era Dios.

Disfruten el fin de semana largo. Tomen vinos ricos.