
¿Piñera o Bachelet? ¿La Gordi o el Seba? Pareciera que ayer hubo mucha gente que no tuvo muy clara la cosa, después de conversar con amigos que votaron por Michelle y sin embargo para diputados y senadores votaron por la derecha; otros, como un castigo a la concertación, votaron por Hirsch, y no fueron pocos. Hay gente que considera que la concertación debe ser castigada por algunas cosas que se les escaparon de las manos como ciertos temas medio ambientales, la escasa regulación que hubo en materia de Isapres y AFPs y otros como la vergüenza de no tener royaltie para nuestros productos no renovables, en especial el cobre. Como dijo Eyzaguirre en algún momento - mi candidato que no fue- un grupo de viejos guatones y avaros se opusieron a estos y otros temas por considerarlos inviables para una economía sana y proyectada al mundo, pero... ¿inviables para quién? ¡Para ellos mismos pues! Dejémonos de eufemismos: la derecha jamás se meterá la mano al bolsillo para apoyar al hombre común, al que debe enfrentar las cuentas de hospitales sin ni un apoyo sino más bien trabas y para el que recibe una jubilación de mierda. No la ha hecho desde la empresa, jamás lo hará desde el gobierno. JAMÁS. Oportunidades han tenido y varias. Pero esconden un clasismo tan profundo que desdeñan de la misma gente que a ratos les da el voto.
Por cierto que se dio un escenario adverso en el parlamento. El senado era mayoría oposición. Y después vienen con populismos ridículos y dicen que este gobierno no hizo nada por los más pobres... Bah.
No demonizo a los empresarios, es más, los encuentro secos. Y muchos han dado pruebas de que no son los horribles egoistas que ha pintado su contraparte. Y no. No me cae mal Piñera. Es más, creo que hasta me cae bien. Un señor que cosa que se propone lo logra merece al menos respeto. Y el mío lo tiene. Pero no es el presidente que yo tendría. Lo prefiero dentro de la escena del empresariado donde su habilidad efectivamente genera empleos y no desde la visión de estadista con sensibilidad social, porque ahí flaquea. Por algo el sindicato de LAN se paró hace más de un mes por tratos injustos y malas remuneraciones. La noticia quedó más congelada que Walt Disney, pero de que sucedió, sucedió. Empresarios a la suyo, gente de servicio público a lo suyo.
Los estadistas deben tener la conciencia social necesaria y además la frialdad justa para no tomar decisiones a la rápida y populistas sino más bien como se ha gestionado este gobierno, con mesura y tranquilidad. El que diga que no han habido cambios, por favor, revísese. Conozco gente que no hubiera podido operarse de no haber existido el auge. Y sobre las obras viales, nada que decir. Con una mala administración, esto se hubiera tornado imposible. Y lo cierto que hoy lo es.
Bachelet no es Lagos. La tontera grande ésta. ¡Por supuesto que no lo es!. De hecho, menos mal que es otra persona para refrescar a los equipos que efectivamente han generado estos cambios. Claro que respeto a Richie Lake, al igual que el 70% del país. Pero también me dio verguenza verlo gritoneando como Faraón a la gente de Valdivia que dio un ejemplo de unidad al protestar airadamente por los cisnes que caían sobre sus techos. Voté por él para que reconociera errores tanto como sus aciertos, y ahí murió en deuda conmigo. Me faltó un hombre a la altura del mundo de hoy, donde cualquier atropello al medio ambiente se cobra con rudeza. Pero bueno, debo reconocer que es al único, AL UNICO por el cual he sentido admiración, en especial cuando le dijo que no a Bush. El único hombre que ha interpretado el sentido de una clase media que mantiene el país y que se descresta para educar a sus hijos. Es la verdadera transición. Demostró a los inversionistas que ser socialista hoy no es estatismo. Y de hecho fue más de derecha que de izquierda, asunto que me imagino habrán asumido desde el primer momento. Bachelet es la llamada a ampliar y profundizar la visión social que fundó la concertación.
Bachelet y Piñera son casi el mismo programa. Esta señora tiene
claro el tema. Y me hace sentido la sutil diferencia. Porque, digámoslo: aquí hay sólo centro derecha en juego, pero en términos morales y modernos de cabeza Michele es más progre.
Está bien castigar a la concertación, pero... ¿tanto? ¿Más hoy que existe una cámara a favor del viento y sin designados y de paso sin Sergio Fernández (por fin Q.E.P.D. y fuera fuera fueraaaaa!) para hacer cambios que jamás empobrecerán al empresariado (al que le debemos mucho... pero ellos nos deben más), sino mejorarán las condiciones de vida de la gente de clase media, a ancianos y mujeres. A pendejos capaces y cultos que han dejado la universidad porque no pueden pagarla. Esa miseria debe terminar. Y no la terminará Piñera. No señor. Piñera es un gran empresario. Pero Bachelet es la única posibilidad de que veamos cambios reales y concretos. Las condiciones, por primera vez, están. Yo no voy a botar a la basura lo hecho hasta hoy, bien o mal, mejor de lo que hubieran hecho otros.
Yo voto Bachelet.
No se confundan: no soy de izquierda. De hecho la izquierda me da monos, es conservadora, anticuada y pagada de sí misma, en especial la que ha gobernado en estos años y toma decisiones desde Cachagua. Más derechista que la derecha. Porque la derecha es ese estado del alma que prueba la manzana del poder y no quiere dejar de hacer kuchen con ella. La izquierda, la que piensa en otros y vivía en la vanguardia, está en los museos, al lado de la carroza de Zañartu. Cuando me hablan de la izquierda, cuando me topo con izquierdistas me pasa lo mismo que al poeta Bruno Vidal: me pongo facho. No existe una izquierda que nos represente ni una derecha moderna y verdaderamente democrática. Aún no. De hecho es la misma derecha la que ha impedido que haya un liderazgo progresista, como en su momento lo proyectaba Allamand.
Hay que huir del poder. Evitar mascar esa fruta dulce que sólo provoca la diabetes de la comodidad y el sobajeo. Por eso te amputan las piernas. Porque ya no quieres moverte de ningún lugar y quedarte ahí, donde te respetan los más débiles.
Nota de la solitaria redacción: Lo escrito no representa necesariamente la visión de la gente que trabaja en Radio Concierto o Iberoamerican Radio Chile. De hecho, no lo es. Y eso es muy sabroso. No hay nada como discutir y después seguir siendo tan amigos como siempre. Esa estabilidad mis amigos piñeristas no pueden negar la fundó la concertación, los mismos que decían se iban a comer guaguas y vender chancho chino. Ja! Mis parientes fachos -no momios, fachos- siguen pensando que Lagos esconde bajo la manga la UP. Qué generación más enferma del coco.